PERSONAS LUZ

Pequeñas constelaciones,


La chica que no deja de soñar hoy sonríe más optimista.


No tenía planes, solo era un día más en el calendario de su existir, un viernes como otro cualquiera que sucedería sin nada importante que enmarcar.


Sin embargo, recibió un mensaje que no esperaba y aceptó.


Una hora prefijada, un lugar, dos bebidas sin alcohol, charla sincera y sonrisas. A veces no se necesita más para ver las cosas desde otra perspectiva. 


En casa, una pizza Toscana y tres copas de vino tinto después sigue dando vueltas a la conversación. Definitivamente era el tirón de orejas que necesitaba para sentirse más fuerte.


La chica que no deja de soñar susurra:


—¿En qué momento nos perdemos y las personas que menos esperamos nos ayudan a encontrarnos?


¿Creéis en el destino?


Ella sí. Ahora, minutos antes de dormir está pensando que sus ángeles han puesto a las personas indicadas en su camino. Para bien y para mal.


Hay personas que la han destruido, que la han roto en mil pedazos, y ella se volvió a armar. Como todos alguna vez en la vida. Nadie está libre de daños. Se hizo más fuerte. Ahora sabe lo que quiere y lo que no. Aunque a veces dude. Aunque a momentos la cueste aceptarse cuando se mira al espejo.


Llegaron nuevas personas que la rompieron otra vez y llegarán otras que también lo harán con el paso del tiempo. La vida es así y ella es sensible y tiene tendencia a romperse. Pero sabe cómo reconstruirse. Siempre encuentra la forma.


Como dijo Carlos Ruiz Zafón en “El juego del ángel”: «¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños».


Y el suyo se rompió hace mucho tiempo cuando perdió a la persona más importante de su vida, a su héroe. Todo lo demás han sido rasguños, castillos de arena desmoronados al paso de las olas y sueños rotos, promesas incumplidas, zalamería y mentiras disfrazadas de verdades.


Pero ya no la importa, porque ahora tiene un camino por delante con muchas cosas que descubrir, buenas o malas, eso no lo sabe aún. Pero sí sabe que llegará lo que tenga que llegar. Todo está escrito.


La chica que no deja de soñar sonríe, porque también han llegado personas bonitas, personas luz. 


Sus ángeles las han puesto ahí para cuidarla, para mimarla, sus Always and Forever. 


Y también han puesto a otras para ayudarla a ver las cosas con optimismo, desde otra perspectiva distinta a lo que su cerebro ve o entendía, para romper con sus creencias y enseñarla el otro lado de la realidad.



Y es bueno que eso suceda para no estancarse, para evolucionar y crecer. Ella siempre quiso crecer.


La chica que no deja de soñar tiene mucho en lo que pensar. Pero sobre todo tiene mucho por lo que vivir, por lo que luchar. Y quizás algún día, pueda acostarse con una sonrisa en la boca diciendo que luchar sí mereció la pena, que sufrir mereció la pena también, que todos los rasguños merecieron la pena.


La chica que no deja de soñar se va a dormir con una chispa de optimismo aleteando en su corazón. 


Mañana se levantará temprano para seguir luchando por sus sueños.


Mientras observa la luna creciendo lanza dos besos de polvo de estrellas hacia el cielo. Sabe que sus ángeles los recibirán. Hoy les tiene que dar las gracias. Gracias por esa personita que hoy la ha regalado una chispa de luz. 


Hoy sus besos son solo para ellos, porque nadie más los necesitará.


https://m.youtube.com/watch?v=Ht7GfTCdHDU

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