NOCHE DE TORMENTA

La chica que no deja de soñar adora las tormentas. 

La encanta observar los relámpagos, sentir el estruendo de los truenos y el deslizar de la lluvia por la ventana limpiando el camino marcado.

Desde pequeña siente una gran fascinación por ellas. 


Las tormentas la relajan, la hacen sentirse parte de la naturaleza. Quizás porque como buena Libra siempre intenta conseguir el equilibrio, fluir, y encontrar la belleza en todos los elementos, incluidos aquellos que en otras personas producen miedo.


La encantan excepto cuando amenazan con joder sus planes. Entonces maldice y, enfurruñada, suelta todos los tacos de su repertorio en medio minuto del reloj.


La chica que no deja de soñar había quedado para cenar y tomar unas cervezas; y media hora antes de la hora prefijada el cielo se confabuló con Thor, para derramar su ira sobre la tierra.


Odia caminar con paraguas, ella es de las que prefiere mojarse con la lluvia, sentirla rozando su rostro, porque la hace sentirse bien...pero llegar empapada a su cena no era una opción a contemplar.


Se refugió bajo el paraguas, se sintió parte de la tormenta y caminó bajo ella mientras la luz de los relámpagos la hacía brillar y los estruendos se acompasaban a sus pasos. La lluvia repiqueteó bajo la suela de sus playeras mientras esquivaba charcos.


Nada más llegar al lugar prefijado la tormenta desapareció. Y la noche resultó una gran velada en muy buena compañía.


La tormenta la relajó y la brindó tanta fuerza que por primera vez en mucho tiempo fue ella sin ese miedo constante a no caer bien, a no tener nada interesante que contar, a que la persona que tiene enfrente se pueda aburrir.


Aparcó sus inseguridades y dejó que todo fluyera.


La chica que no deja de soñar habló más que de costumbre, como hace siempre que pierde esa timidez que a veces la ahoga, y cuando se quiso dar cuenta la estaban echando del bar.


La chica que no deja de soñar sonrió mirando al cielo y entendió que cuando nos dejamos llevar, cuando fluimos y somos parte de los elementos de la naturaleza, todo es más fácil.


Y es que la vida es mucho más sencilla cuando nos permitimos ser nosotros mismos, sin miedos, cuando dejamos de sentirnos cabreados con el mundo, cuando en vez de retroceder avanzamos entre los inconvenientes que puedan surgir, porque siempre surgirá alguno.


La chica que no deja de soñar se siente tormenta y seguirá brillando por días con la luz de esos relámpagos que la iluminaron la noche del sábado.

A veces hay que lanzarse al vacío y coger la vida que se nos presenta sin tanto pensar.


Y ella siempre será la chica que busca en las estrellas algunas que brillen para ella, y que la ayuden a mostrarse como es.


«Are we dancing all alone?

Collect some stars to shine for you

And start today there are only a few

The sign of times my friend...»


La chica que no deja de soñar da al play mientras observa la niebla a través de la ventana. 


En la lista suena su canción favorita de la banda sueca “In Flames”, y coleccionando pedacitos de luz lanza un beso de polvo de estrellas con dirección al cielo.


https://m.youtube.com/watch?v=iYbZwkSCIxA


Llegará a dónde tenga que llegar. Quizás a sus ángeles, quizás a Cassiopeia, quizás a...

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